Cuando los ángeles andan cerca
Cuento tradicional de Brasil
Cuento tradicional de Brasil
Recuerdas cuando viste el mar por primera vez? ¿Sabes cómo se formó y por qué sus aguas son saladas?
En tiempos remotos, un gigante rechoncho y muy luminoso que vivía en el cielo decidió bajar a la Tierra una temporada. Pero era tal su combustión interna y externa que le bastaba con un estornudo para incendiar un inmeso bosque. En cuanto se movía lo más mínimo de su guarida, el fuego corría como la pólvora por praderas, montes y aldeas. Y cuando salía a dar un paseo, chamuscaba todo lo que se le ponía por delante.
Los entonces pobladores de la Tierra no podían soportar aquel intenso y sofocante calor. Probaron de todo para protegerse, pero llegó un momento de tal angustia que ya no sabían dónde meterse ni qué hacer...
Hasta que unos ángeles bajaron del cielo intentanto convencer al gigante-hoy nuestro Sol- de que volviese a las alturas. Pero el grandullón se negaba una y otra vez. Parecía dispuesto a quedarse para siempre en sus nuevos dominios. Entonces a los ángeles, que eran muy pillos, se les ocurrió ponerse ha hacer pipí día tras día a la puerta de su guarida. Al gigante no parecía importarle, hasta que se vió con el celestial líquido al cuello y no tuvo más remedio que volver al cielo de un salto. Esas aguas formaron los mares y los océanos, y por eso son saladas.
Todos tenemos nuestro lugar en el mundo. Tan sólo hay que ser valientes y lanzarse a la vida para encontrarlo.
Que cada uno saque su propia reflexión! y espero que os guste!
En tiempos remotos, un gigante rechoncho y muy luminoso que vivía en el cielo decidió bajar a la Tierra una temporada. Pero era tal su combustión interna y externa que le bastaba con un estornudo para incendiar un inmeso bosque. En cuanto se movía lo más mínimo de su guarida, el fuego corría como la pólvora por praderas, montes y aldeas. Y cuando salía a dar un paseo, chamuscaba todo lo que se le ponía por delante.
Los entonces pobladores de la Tierra no podían soportar aquel intenso y sofocante calor. Probaron de todo para protegerse, pero llegó un momento de tal angustia que ya no sabían dónde meterse ni qué hacer...
Hasta que unos ángeles bajaron del cielo intentanto convencer al gigante-hoy nuestro Sol- de que volviese a las alturas. Pero el grandullón se negaba una y otra vez. Parecía dispuesto a quedarse para siempre en sus nuevos dominios. Entonces a los ángeles, que eran muy pillos, se les ocurrió ponerse ha hacer pipí día tras día a la puerta de su guarida. Al gigante no parecía importarle, hasta que se vió con el celestial líquido al cuello y no tuvo más remedio que volver al cielo de un salto. Esas aguas formaron los mares y los océanos, y por eso son saladas.
Todos tenemos nuestro lugar en el mundo. Tan sólo hay que ser valientes y lanzarse a la vida para encontrarlo.
Que cada uno saque su propia reflexión! y espero que os guste!
1 comentario:
yo soy un ángel, y no tengo lugar en el mundo, solo vagar en solitario...
como lo hago¿?
Publicar un comentario